Los límites físicos de la privacidad

La criptografía moderna puede ofrecernos una seguridad limitada.
Sin embargo, el principio básico de la criptografía segura es muy simple: se basa en que ambos extremos del intercambio usen una clave privada aleatoria que nadie mas sepa. Ese método es informaticamente invulnerable.

El problema es que es extremadamente difícil compartir entre ambos extremos una clave privada sin que ambos extremos se pongan en contacto físico. Por eso la mayoria de los sistemas criptográficos utilizan el concepto de clave pública.

Los sistemas de clave pública son vulnerables informaticamente, pues se basan en funciones matemáticas asimétricas, es decir, operaciones matemáticas que pueden ejecutarse con relativa facilidad, pero cuya operación inversa requiere enormes tiempos de cómputo. En otras palabras la seguridad de nuestros mejores algoritmos de cifrado solo se apoya en la insuficiente velocidad de procesamiento computacional que requieren ciertos cálculos matemáticos.

Todos los sistema de clave pública se tornarán vulnerables con los ordenadores cuánticos. Los futuros ordenadores cuánticos podrán explotar las propiedades del mundo subatómico para probar de manera simultánea las distintas maneras de descifrar una clave criptográfica.

Por el momento nadie ha conseguido construir un ordenador cuántico funcional, pero Gobiernos, académicos y compañías privadas ya están en ello. Algunos expertos creen que podrían llegar en tan solo diez años.