La ciencia del calentamiento global

En la actualidad la temperatura media global está en torno a 1,3 °C por encima de los niveles que existían en épocas preindustriales. Este nivel representa el más alto de los últimos 100 mil años con un aumento anormal desde los inicios del siglo XX e intensificado desde mediados de siglo.

La variación de la temperatura media planetaria depende de muchos factores, la mayoría de ellos naturales, como la actividad solar, la inclinación del eje terrestre y la actividad volcánica. Sin embargo, multiples estudios científicos con simulaciones muestran que la tendencia actual coincide con la iniciación de la actividad humana y desaparece cuando en las simulaciones sólo consideramos las causas naturales.

La gran preocupación de la comunidad científica es que las simulaciones realizadas con diferentes modelos afirman que los niveles podrían alcanzar +4,5°C o incluso más para fines de siglo si no hacemos nada.

La Tierra tuvo ciertamente períodos de temperaturas medias más altas, pero tenemos que viajar en el tiempo 5 millones de años para encontrar estos niveles de que se estiman para fines de siglo.

Nuestra especie, el homo sapiens tiene unos 300 mil años y el salto cognitivo se produjo hace unos 70 mil años. Nunca hemos vivido en una temperatura de +5°C por encima de los niveles preindustriales

El calentamiento antropogénico se produce principalmente por los gases de efecto invernadero que producimos en nuestra actividad.

No debemos demonizar al efecto invernadero. Gracias a él surgió la vida en nuestro planeta. Los planetas que no tienen suficientes gases de efecto invernadero en sus atmósferas no pueden mantener la biosfera lo suficientemente caliente como para sostener la vida.

Pero como todo en esta vida, el equilibrio es la clave. Un exceso de gases de efecto invernadero es malo para nuestra vida.

¿Cuál es el gas de efecto invernadero más importante en nuestra atmósfera? Es el vapor de agua. Representa más del 50% del efecto invernadero, mientras que el segundo, el CO2 representa menos del 25%. Entonces, ¿por qué hablamos de CO2?

Porque el vapor de agua es un gas de efecto invernadero condensable, no se queda en la atmosfera más que unos días. Llueve. Por otro lado, el vapor de agua producido por el hombre es insignificante comparado con la evaporación natural de los océanos.

El CO2 en cambio es un gas de efecto invernadero no condensable que permanece en la atmósfera hasta mil años. El incremento de CO2, aumenta la temperatura y esto crea más vapor de agua que aumenta el efecto invernadero aún más. Una retroalimentación positiva.

Por el contrario, si el CO2 disminuyera mucho, la temperatura disminuye y el vapor de agua se condensa en agua reduciendo aún más la temperatura. También es una retroalimentación positiva que nos podría llevar a una situación de congelación planetaria como ya ha ocurrido en el pasado remoto.

Así que el CO2 aun cuando representa una menor cantidad de efecto invernadero que el vapor de agua, es más importante en el control de temperatura porque permanece en la atmósfera.

De los gases no condensables de efecto invernadero, la contribución del CO2 al calentamiento global es la mayor. Pero no es el único, hay otros gases.

El metano es el segundo en importancia. El metano tiene 30 veces más potencial de calentamiento. Tiene mucha más absorción calor, pero su vida útil es de aproximadamente una década y sus emisiones son mucho menores que las del CO2 (50 veces menos).

El óxido nitroso es el tercero. Tiene un potencial de calentamiento 300 veces superior al CO2 y una vida útil de aproximadamente un siglo, pero las emisiones son significativamente más bajas.

Por último, los gases fluorados como el SF6 tienen un potencial de calentamiento decenas de miles de veces superior a todos los anteriores y además tienen vidas útiles de hasta miles de años, pero sus cantidades de emisión son extremadamente menores.

Así que para acomodar todos los tipos de gases de efecto invernadero en un único registro, construimos la curva compuesta de CO2e (equivalente).

Vemos que esta curva ha aumentado más rápidamente desde inicios del siglo XX, coincidentemente con el aumento anormal de temperatura.

Se utilizan varios modelos diferentes para analizar el futuro. Todos ellos arrojan valores entre +1,5 °C hast más de +5 °C, siendo el más factible de +3 °C. Todos los escenarios implican acciones inmediatas