Nunca son extraterrestres, hasta que finalmente lo sean


Una misteriosa señal proveniente de la estrella más cercana, Próxima Centauro, fue detectada. Próxima es una estrella demasiado tenue para ser vista sin instrumentos pero se encuentra a solo 4.2 años-luz.

La señal fue encontrada a fines de octubre en datos recopilados el año pasado y parece emanar de la dirección de nuestra estrella vecina. Aún no ha podido identificarse como una interferencia terrestre, lo que plantea la muy débil posibilidad de que sea una transmisión de alguna forma de inteligencia extraterrestre avanzada (ETI): una denominada “firma tecnológica”.

Lo curioso es que ocupa una banda muy estrecha del espectro de radio: 982 MHz, específicamente, que es una región típicamente libre de transmisiones de satélites y naves espaciales artificiales terrestres. Además, no se conoce ninguna forma natural de comprimir la energía electromagnética en un espectro tan angosto de frecuencia. Quizás, alguna peculiaridad exótica aún desconocida de la física del plasma podría ser una explicación natural para este tipo de emisiones, pero, por el momento, la única fuente que conocemos capaz de hacer esto es la tecnológica.

La detección se realizó mediante un proyecto de $100 millones llamado “Breakthrough Listen”. El objetivo de este esfuerzo, que comenzó en 2015 es ganar tiempo de observación en radiotelescopios de todo el mundo para buscar en los cielos evidencia de civilizaciones tecnológicas, como parte del proyecto global de “Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre (SETI)”.

Recordemos que el sistema “Próxima Centauro” alberga al menos dos planetas y uno de ellos, Próxima b, descubierta en 2016, ha sido catalogado como uno de los 10 exoplanetas mas habitables hasta la fecha. Próxima b es aproximadamente 1,2 veces el tamaño de la Tierra, tiene una orbita de 11 días. y reside en la “zona habitable” de su estrella, un sector definido en el que podría existir agua líquida sobre la superficie de un planeta rocoso, siempre que, las intensas llamaradas estelares de Próxima Centauro no hayan barrido la atmósfera de este planeta.

Para despertar el interés de cualquier investigador de SETI, una señal primero debe soportar un aluvión de pruebas automatizadas simples para descartar una interferencia terrestre obvia. Sin embargo, cientos de candidatos pasan de forma rutinaria esta fase y son seleccionados para una mayor investigación. A partir de ahí, casi todos serán descartados como algún espejismo o error, quizás un exceso de estática, por ejemplo, que engañó al algoritmo de aventado, eliminándolos de la consideración como cualquier tipo de transmisión de extraterrestres parlanchines. Todas, excepto esta.

Sin embargo, aunque parece provenir de Próxima Centauro, no cumple con las expectativas de una firma tecnológica. En primer lugar, la señal no tiene rastro de modulación: ajustes en sus propiedades que pueden usarse para transmitir información. La señal es solo un tono, solo una nota. No tiene absolutamente ninguna característica adicional que se pueda discernir en este momento. Y en segundo lugar, la señal “se desplaza”, lo que significa que parece estar cambiando muy ligeramente en frecuencia, un efecto que podría deberse al movimiento de nuestro planeta o de la fuente. Pero la deriva es la inversa de lo que se esperaría. Lo que se observa es que la frecuencia aumenta en lugar de disminuir como se esperaría que pase de una fuente que se origina en un mundo que gira alrededor de la estrella vecina más cercana de nuestro sol.

Hasta ahora, las observaciones de seguimiento no han logrado volver a encender la señal, siendo una observación repetida una necesidad para confirmar que que sea una firma tecnológica genuina. Si un equipo independiente en un observatorio independiente puede recuperar la misma señal, entonces sí podría tratarse de una firma tecnológica.

No obstante, sigue siendo una de las señales más intrigantes jamás encontradas en toda la historia SETI, que algunos comparan con la llamada “Señal ¡Guau!”, detectada en 1977, que algunos creían que era de origen extraterrestre. Lo más probable es que se trate simplemente de una fuente de interferencia terrestre previamente desconocida. En unos meses probablemente lo sabremos con certeza de una forma u otra.

Alien Hunters Discover Mysterious Signal from Proxima Centauri – Scientific American